Pueden encontrar un post que habla del nuevo portal de CNN y Expansión-donde se mudó este blog-aquí.
13 marzo, 2007
05 marzo, 2007
Nueva dirección
Hola queridos lectores de este blog. Como lo había anunciado en un post anterior, este blog se mudará al portal de CNN Expansión. La nueva dirección de este blog es: http://www.cnnexpansion.com/blogs/economia-para-todos
Nos vemos por allá.
Nos vemos por allá.
23 febrero, 2007
Este blog cambia de residencia
Economía para todos dejará de publicarse en la plataforma de Blogger. Ahora, este blog pasará a formar parte del nuevo portal de Expansión que se ha rediseñado y estará disponible a partir del próximo 1 de marzo.
La próxima semana publicaré aquí la nueva dirección del blog.
La próxima semana publicaré aquí la nueva dirección del blog.
19 enero, 2007
Caída en el precio del petróleo
Con el año nuevo llegó una caída en los precios internacionales del petróleo. Hoy, la mezcla mexicana de exportación se cotiza en 40.44 dólares por barril mientras que el precio promedio que se espera en los Criterios Generales de Política Económica que acompañan a la Ley de Ingresos y al Presupuesto de Egresos de la Federación es de 42.5 dólares por barril. Es decir, si no se recupera el precio del petróleo, los ingresos serán menores a los presupuestados y se tendrá que recortar el gasto.
El futuro próximo de las finanzas del país dependen de si el precio del petróleo continúa cayendo o si vuelve a crecer. Tal vez como mexicanos nos sintamos predestinados a la catástrofe pero parece haber más razones para creer que el precio del petróleo se recuperará.
La persona de quien más he aprendido acerca del mercado petrolero se llama James D. Hamilton y su blog, creo que ya lo he dicho antes, es el blog de economía que más me gusta. Pues Hamilton ha publicado una entrada en el que habla precisamente de esto. Es mejor ir a ver su argumentación pero si no saben inglés o prefieren los resúmenes, aquí está uno:
El precio del petróleo pudo haber caído debido a un cambio de automóviles con alto consumo de combustible por vehículos que consuman menos gasolina o por la caída en la demanda de energía de China o por el crecimiento de la oferta petrolera de Arabia Saudita. Todas estas eran posibilidades que tenían contemplado los analistas y que de haberse materializado hubieran disminuído el precio del petróleo permanentemente. Pero la demanda de gasolina en Estados Unidos continúa creciendo al igual que la demanda de energía de China. Además, la producción petrolera de Arabia Saudita ha caído, así que no va por ahí.
La caída del precio del petroleo ha coincidido con la caída en los inventarios de petróleo de Estados Unidos. Hamilton cree que había gente que mantenía reservas de crudo buscando especular con el precio creciente del mismo y que ahora muchos de ellos han decidido vender lo que tienen y por eso han caído los inventarios. Estas ventas han representado 25 millones de barriles en las últimas cinco semanas, suficiente para que el precio del crudo baje.
Si esto es correcto, cuando los especuladores hayan terminado de vender sus inventarios la oferta extra del petróleo dejará de existir y volveremos a la situación normal de alto crecimiento en la demanda de crudo y precios elevados. Hamilton podría equivocarse, pero su argumento es muy bueno así que si tienen unos cuantos millones de dólares pueden comprar petróleo, guardarlo unos meses y venderlo con una buena ganancia en unos meses.
El futuro próximo de las finanzas del país dependen de si el precio del petróleo continúa cayendo o si vuelve a crecer. Tal vez como mexicanos nos sintamos predestinados a la catástrofe pero parece haber más razones para creer que el precio del petróleo se recuperará.
La persona de quien más he aprendido acerca del mercado petrolero se llama James D. Hamilton y su blog, creo que ya lo he dicho antes, es el blog de economía que más me gusta. Pues Hamilton ha publicado una entrada en el que habla precisamente de esto. Es mejor ir a ver su argumentación pero si no saben inglés o prefieren los resúmenes, aquí está uno:
El precio del petróleo pudo haber caído debido a un cambio de automóviles con alto consumo de combustible por vehículos que consuman menos gasolina o por la caída en la demanda de energía de China o por el crecimiento de la oferta petrolera de Arabia Saudita. Todas estas eran posibilidades que tenían contemplado los analistas y que de haberse materializado hubieran disminuído el precio del petróleo permanentemente. Pero la demanda de gasolina en Estados Unidos continúa creciendo al igual que la demanda de energía de China. Además, la producción petrolera de Arabia Saudita ha caído, así que no va por ahí.
La caída del precio del petroleo ha coincidido con la caída en los inventarios de petróleo de Estados Unidos. Hamilton cree que había gente que mantenía reservas de crudo buscando especular con el precio creciente del mismo y que ahora muchos de ellos han decidido vender lo que tienen y por eso han caído los inventarios. Estas ventas han representado 25 millones de barriles en las últimas cinco semanas, suficiente para que el precio del crudo baje.
Si esto es correcto, cuando los especuladores hayan terminado de vender sus inventarios la oferta extra del petróleo dejará de existir y volveremos a la situación normal de alto crecimiento en la demanda de crudo y precios elevados. Hamilton podría equivocarse, pero su argumento es muy bueno así que si tienen unos cuantos millones de dólares pueden comprar petróleo, guardarlo unos meses y venderlo con una buena ganancia en unos meses.
Etiquetas:
ingresos petroleros,
precio petróleo
30 noviembre, 2006
4 mil millones de dólares de subsidio a la contaminación
Clasif. B
En una entrada anterior critiqué el hecho de que en México se subsidia el precio de la gasolina. Ahora, la Secretaría de Hacienda emitió un comunicado de prensa que revela el costo de esta medida.
El costo, de enero a octubre de 2006, derivado de que la gasolina en México cueste menos que en Estados Unidos ha sido de 46,396 millones de pesos (poco más de 4,250 millones de dólares). Del costo total, 18,000 millones corresponden a la gasolina Magna, 2,475 millones a la gasolina Premium y 25,842 millones al Diesel.
En el mismo comunicado se encuentra la diferencia de precios promedio de enero a noviembre que existe entre los combustibles que se venden en México y sus equivalentes en Estados Unidos. La Premium costó, en promedio, 3.98 por ciento más en Estados Unidos. Las cifras correspondientes a la Magna y al Diesel son 14.36 y 49.62 por ciento, respectivamente.
Es una lástima que se gaste el dinero del gobierno en subsidiar a los más ricos y que se fomente el uso del automóvil a pesar del enorme problema a nivel mundial que representa la contaminación ambiental.
En una entrada anterior critiqué el hecho de que en México se subsidia el precio de la gasolina. Ahora, la Secretaría de Hacienda emitió un comunicado de prensa que revela el costo de esta medida.
El costo, de enero a octubre de 2006, derivado de que la gasolina en México cueste menos que en Estados Unidos ha sido de 46,396 millones de pesos (poco más de 4,250 millones de dólares). Del costo total, 18,000 millones corresponden a la gasolina Magna, 2,475 millones a la gasolina Premium y 25,842 millones al Diesel.
En el mismo comunicado se encuentra la diferencia de precios promedio de enero a noviembre que existe entre los combustibles que se venden en México y sus equivalentes en Estados Unidos. La Premium costó, en promedio, 3.98 por ciento más en Estados Unidos. Las cifras correspondientes a la Magna y al Diesel son 14.36 y 49.62 por ciento, respectivamente.
Es una lástima que se gaste el dinero del gobierno en subsidiar a los más ricos y que se fomente el uso del automóvil a pesar del enorme problema a nivel mundial que representa la contaminación ambiental.
Etiquetas:
contaminación,
gasolina,
precio gasolina,
subsidio gasolina
08 noviembre, 2006
Gasolina subsidiada
Clasif. B
Actualmente, la gasolina de 87 octanos (Magna) en México recibe un subsidio que hace que su precio sea más bajo que el que tiene en Estados Unidos. Esta es una política nociva que carece de racionalidad económica.
El aumento internacional en el precio del petróleo ha provocado aumentos significativos en el precio de la gasolina en casi todo el mundo. Sin embargo, en México el precio de la gasolina se actualiza a una tasa anualizada de 4 por ciento con excepción de la que se vende en la frontera que, normalmente, coincide con el precio que tiene en el país fronterizo para evitar que los automovilistas crucen la frontera para llenar sus tanques en donde se vende más barato el combustible.
A partir del 6 de mayo se modificó la forma en que se fija el precio de la gasolina en la frontera norte haciendo que coincida con el nivel mínimo que registró en la semana del 11 al 17 de abril de 2006. Este cambio implica una caída en el precio de la gasolina fronteriza.
Una parte de los mayores ingresos gubernamentales derivados del aumento en el precio del petróleo se desperdician en un subsidio a la gasolina en lugar de usarse para algún fin benéfico para el país.
Existen dos razones principales por las cuales el subsidio a la gasolina es perjudicial para el país. La primera es que el subsidio se entrega a los estratos más ricos de la población (aquéllos que tienen coche) por lo que empeora la distribución del ingreso. La otra razón es que se subsidia una actividad altamente contaminante con lo que se promueve el deterioro ambiental del país (del planeta).
El gobierno debería hacer justo lo opuesto: aumentar los impuestos que cobra sobre el consumo de la gasolina. Para subsanar la escasez de recursos que enfrenta el gobierno, se ha propuesto gravar a las medicinas y a los alimentos, medida que afectaría a las familias pobres del país que dedican una alta proporción de su ingreso a su alimentación. Sería mejor obtener una parte de los ingresos que necesita el gobierno con un impuesto a la gasolina que pagarían los que tienen mayores ingresos y que tendría el efecto de desalentar el uso del automóvil y sus efectos contaminantes.
Gregory Mankiw ha encontrado más razones para aumentar los impuestos sobre la gasolina, aunque algunas son más importantes para Estados Unidos que para México. Mankiw también se ha dedicado a coleccionar economistas destacados que apoyan un aumento en los impuestos a la gasolina, a este grupo lo llama el Club Pigou.
En México se hace lo contrario. Lo más extraño es que los funcionarios más importantes de la Secretaría de Hacienda son aversos a distorsionar los precios a través de impuestos no generalizados y subsidios, pero subsidian uno de los bienes que mayores efectos colaterales negativos (externalidades negativas) tienen. ¡Maldita sea!
Actualmente, la gasolina de 87 octanos (Magna) en México recibe un subsidio que hace que su precio sea más bajo que el que tiene en Estados Unidos. Esta es una política nociva que carece de racionalidad económica.
El aumento internacional en el precio del petróleo ha provocado aumentos significativos en el precio de la gasolina en casi todo el mundo. Sin embargo, en México el precio de la gasolina se actualiza a una tasa anualizada de 4 por ciento con excepción de la que se vende en la frontera que, normalmente, coincide con el precio que tiene en el país fronterizo para evitar que los automovilistas crucen la frontera para llenar sus tanques en donde se vende más barato el combustible.
A partir del 6 de mayo se modificó la forma en que se fija el precio de la gasolina en la frontera norte haciendo que coincida con el nivel mínimo que registró en la semana del 11 al 17 de abril de 2006. Este cambio implica una caída en el precio de la gasolina fronteriza.
Una parte de los mayores ingresos gubernamentales derivados del aumento en el precio del petróleo se desperdician en un subsidio a la gasolina en lugar de usarse para algún fin benéfico para el país.
Existen dos razones principales por las cuales el subsidio a la gasolina es perjudicial para el país. La primera es que el subsidio se entrega a los estratos más ricos de la población (aquéllos que tienen coche) por lo que empeora la distribución del ingreso. La otra razón es que se subsidia una actividad altamente contaminante con lo que se promueve el deterioro ambiental del país (del planeta).
El gobierno debería hacer justo lo opuesto: aumentar los impuestos que cobra sobre el consumo de la gasolina. Para subsanar la escasez de recursos que enfrenta el gobierno, se ha propuesto gravar a las medicinas y a los alimentos, medida que afectaría a las familias pobres del país que dedican una alta proporción de su ingreso a su alimentación. Sería mejor obtener una parte de los ingresos que necesita el gobierno con un impuesto a la gasolina que pagarían los que tienen mayores ingresos y que tendría el efecto de desalentar el uso del automóvil y sus efectos contaminantes.
Gregory Mankiw ha encontrado más razones para aumentar los impuestos sobre la gasolina, aunque algunas son más importantes para Estados Unidos que para México. Mankiw también se ha dedicado a coleccionar economistas destacados que apoyan un aumento en los impuestos a la gasolina, a este grupo lo llama el Club Pigou.
En México se hace lo contrario. Lo más extraño es que los funcionarios más importantes de la Secretaría de Hacienda son aversos a distorsionar los precios a través de impuestos no generalizados y subsidios, pero subsidian uno de los bienes que mayores efectos colaterales negativos (externalidades negativas) tienen. ¡Maldita sea!
05 septiembre, 2006
Galbraith, Keynes, Mankiw y Hawking.
Clasif. B
Hace poco terminé de leer un libro de John Kenneth Galbraith llamado El Dinero y quiero compartir algunas citas de este libro y de otras lecturas que he hecho recientemente y que se relacionan de alguna forma. Galbraith fue un economista norteamericano muy reconocido que defendió muchas ideas heterodoxas en economía. Murió hace poco, el 29 de abril de 2006, a los 97 años aunque en México fue mucho más recordada la muerte del Changoleón un día después.
El Dinero es un libro acerca de la historia del dinero en el mundo aunque en algún punto del libro a Galbraith se le olvida esto y empieza a hablar exclusivamente de lo que sucede en Estados Unidos. Es un muy buen libro que contiene unas partes muy amenas y otras tediosas y muy recomendable para aquéllos que se interesen en el tema. Aprovecho para agradecer a Santiago, mi tío, por regalarme el libro.
Los latinoaméricanos acostumbramos pensar que hay sucesos que sólo acontecen en nuestro país. Es común escuchar la frase "esto sólo pasa en México" pero yo creo que la misma frase debe escucharse en Argentina, Ecuador o Guatemala cambiando el nombre del país. Por ejemplo, la gente tiende a pensar que sólo los políticos de su país tienen la manía de querer tapar el sol con un dedo. Galbraith muestra en su libro que ésta es una costumbre antigua que también se dá en el primer mundo.
Galbraith menciona que "tratar de exorcisar el desastre económico diciendo que no existe" es una acción curativa que siempre ha gozado de prestigio aunque no hay pruebas de que alguna vez haya sido eficaz. Menciona varios ejemplos de esta situación, aquí cito uno de ellos: "En noviembre de 1820, un mes fatídico que siguió al crac del año anterior, el presidente Monroe expuso al Congreso la 'próspera y feliz' situación del país, añadiendo que 'es imposible presenciar un espectáculo tan satisfactorio, tan glorioso, sin sentirse embargado por el más profundo y agradecido reconocimiento al Supremo Hacedor de Todo lo Bueno, por tan pródigos e inestimables dones".
El capítulo XVI de El Dinero lleva por título "El advenimiento de John Maynard Keynes" y yo como firme partidario de las ideas keynesianas quiero citar varias partes de este capítulo. Con respecto a la Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero, la obra más importante de Keynes, Galbraith dice que "Durante mucho tiempo, Keynes había despertado los recelos de sus colegas por la claridad de su estilo y de sus ideas, dircunstancias que a menudo se daban juntas. En la Teoría General desmintió esta fama académica. Es una obra profundamente oscura, mal escrita y publicada prematuramente". Tiene razón, a pesar de su importancia debido a las ideas que contiene, la Teoría General es un libro muy difícil. No creí que a pesar de mi formación como economista me fuera a costar tanto trabajo leerlo, incluso tendré que volverlo a leer para entenderlo completamente.
Más adelante, Galbraith muestra lo revolucionario del libro de Keynes. Hace referencia a la llamada Ley de Say que dice que la oferta en la economía es siempre igual a la demanda porque el ingreso que reciben los productores y empleados por su trabajo les da el poder adquisitivo necesario para comprar todo lo producido.
En El Dinero se lee "Antes de Keynes, la Ley de Say había regido en economía durante más de un siglo. Y la regla no era casual: la aceptación de la Ley de Say era, en alto grado, la prueba que servía para distinguir a los economistas sensatos de los chiflados. Hasta finales de los años treinta, ningún aspirante al doctorado en una Universidad americana importante, que hablase en serio de la falta de poder adquisitivo como causa de la depresión, aprobaría sus exámenes. Sería un hombre que sólo veía la superficie de las cosas y era indigno de codearse con los eruditos. La Ley de Say es el ejemplo más elocuente de la estabilidad de las ideas económicas, incluso cuando éstas son equivocadas." Keynes se atrevió a decir que podía darse el caso de que la demanda fuera insuficiente y que esto provocaría recesiones en la economía. En su libro, Keynes no duda en criticar a los economistas más prestigiados de su época mencionándolos directamente.
Gregory Mankiw, uno de los mejores macroeconomistas contemporáneos, sostiene opiniones similares a las de Galbraith con respecto al libro de Keynes en un artículo titulado El Macroeconomista como Científico e Ingeniero en el que describe la evolución de la macroeconomía En el artículo destaca las diferencias entre los macroeconomistas científicos que son aquéllos orientados hacia la teoría y el rigor matemático de los modelos y los macroeconomistas ingenieros que son los más preocupados por la aplicación práctica de los conocimientos y las soluciones a los problemas económicos de los países.
Mankiw, al hablar de la Gran Depresión afirma que "La Teoría General de John Maynard Keynes fue el punto de unión en las discusiones profesionales acerca de cómo entender estos acontecimientos".
Más adelante, Mankiw menciona que "Cuando un economista moderno lee la Teoría General, la experiencia es tanto estimulante como frustrante. Por un lado, el libro es el trabajo de una gran mente aplicado a un problema social cuya actualidad e importancia no puede ser cuestionada. Por otro lado, a pesar de que el libro es extensivo en su análisis, de alguna forma parece incompleto desde el punto de vista lógico. Demasiados puntos quedan incompletos. El lector se queda preguntandose, ¿cuál, precisamente, es el modelo económico que mantiene unidas todas las piezas?
Mankiw también afirma que "En términos de ciencia, la Teoría General fue un éxito notable. La revolución que inspiró atrajo varias de las mejores mentes jóvenes de su su época. Sus resultados prodigiosos ofrecieron una nueva forma de entender las fluctuaciones económicas de corto plazo. Refleccionando acerca de estos acontecimientos, Samuelson ofrece un pequeño resumen: 'La revolución Keynesiana fue el evento más significativo en la ciencia económica del siglo 20'. Su forma de pensar la comparten varios economistas de su generación".
Al inicio de su artículo, Mankiw menciona que los economistas acostumbran presentarse como científicos y añade que "Nuestros colegas en el departamento de física al otro lado del campus pueden encontrar simpático que los veamos como primos cercanos". Es cierto, he escuchado varias veces a economistas comparar los modelos económicos con modelos físicos pero por primera vez he leído lo contrario y de parte de un físico muy sobresaliente: Stephen Hawking. Con una cita de su ensayo titulado el Origen del Universo en la que compara la teoría del Big Bang con sucesos económicos se cierra esta entrada del blog: "En tiempo real, el universo comenzaría su expansuón con un radio muy pequeño. Al principio la expansión sería la que se denomina inflacionaria, es decir, el universo doblaría de tamaño cada pequña fracción de segundo, del mismo modo que en ciertos países doblan los precios cada año".
Más adelante, añade que "La inflación fue también beneficiosa en cuanto que creó todos los elementos del universo casi literalmente de la nada...¿De dónde vinieron todas esas partículas?...La respuesta es que constituía un préstamo de la energía gravitatoria del universo. Éste tiene una enormedeuda de energía gravitatoria negativa que equilibra exactamente la energía positiva de la materia. Durante el periodo inflacionario el universo recibió un considerable préstamo de su energía gravitatoria para financiar la creación de más materia. El resultado constituyó un triunfo de la economía keynesiana: un vigoroso universo en expansión, rebosante de objetos materiales. Hasta el final del universo no habrá que pagar la deuda de energía gravitatoria".
La gran diferencia entre economistas y físicos es que los primeros se comparan con los segundos para que sus modelos parezcan más rigurosos del punto de vista científico mientras que Hawking hace uso de la metáfora económica para hacer accesible al lector un concepto muy complicado.
Hace poco terminé de leer un libro de John Kenneth Galbraith llamado El Dinero y quiero compartir algunas citas de este libro y de otras lecturas que he hecho recientemente y que se relacionan de alguna forma. Galbraith fue un economista norteamericano muy reconocido que defendió muchas ideas heterodoxas en economía. Murió hace poco, el 29 de abril de 2006, a los 97 años aunque en México fue mucho más recordada la muerte del Changoleón un día después.
El Dinero es un libro acerca de la historia del dinero en el mundo aunque en algún punto del libro a Galbraith se le olvida esto y empieza a hablar exclusivamente de lo que sucede en Estados Unidos. Es un muy buen libro que contiene unas partes muy amenas y otras tediosas y muy recomendable para aquéllos que se interesen en el tema. Aprovecho para agradecer a Santiago, mi tío, por regalarme el libro.
Los latinoaméricanos acostumbramos pensar que hay sucesos que sólo acontecen en nuestro país. Es común escuchar la frase "esto sólo pasa en México" pero yo creo que la misma frase debe escucharse en Argentina, Ecuador o Guatemala cambiando el nombre del país. Por ejemplo, la gente tiende a pensar que sólo los políticos de su país tienen la manía de querer tapar el sol con un dedo. Galbraith muestra en su libro que ésta es una costumbre antigua que también se dá en el primer mundo.
Galbraith menciona que "tratar de exorcisar el desastre económico diciendo que no existe" es una acción curativa que siempre ha gozado de prestigio aunque no hay pruebas de que alguna vez haya sido eficaz. Menciona varios ejemplos de esta situación, aquí cito uno de ellos: "En noviembre de 1820, un mes fatídico que siguió al crac del año anterior, el presidente Monroe expuso al Congreso la 'próspera y feliz' situación del país, añadiendo que 'es imposible presenciar un espectáculo tan satisfactorio, tan glorioso, sin sentirse embargado por el más profundo y agradecido reconocimiento al Supremo Hacedor de Todo lo Bueno, por tan pródigos e inestimables dones".
El capítulo XVI de El Dinero lleva por título "El advenimiento de John Maynard Keynes" y yo como firme partidario de las ideas keynesianas quiero citar varias partes de este capítulo. Con respecto a la Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero, la obra más importante de Keynes, Galbraith dice que "Durante mucho tiempo, Keynes había despertado los recelos de sus colegas por la claridad de su estilo y de sus ideas, dircunstancias que a menudo se daban juntas. En la Teoría General desmintió esta fama académica. Es una obra profundamente oscura, mal escrita y publicada prematuramente". Tiene razón, a pesar de su importancia debido a las ideas que contiene, la Teoría General es un libro muy difícil. No creí que a pesar de mi formación como economista me fuera a costar tanto trabajo leerlo, incluso tendré que volverlo a leer para entenderlo completamente.
Más adelante, Galbraith muestra lo revolucionario del libro de Keynes. Hace referencia a la llamada Ley de Say que dice que la oferta en la economía es siempre igual a la demanda porque el ingreso que reciben los productores y empleados por su trabajo les da el poder adquisitivo necesario para comprar todo lo producido.
En El Dinero se lee "Antes de Keynes, la Ley de Say había regido en economía durante más de un siglo. Y la regla no era casual: la aceptación de la Ley de Say era, en alto grado, la prueba que servía para distinguir a los economistas sensatos de los chiflados. Hasta finales de los años treinta, ningún aspirante al doctorado en una Universidad americana importante, que hablase en serio de la falta de poder adquisitivo como causa de la depresión, aprobaría sus exámenes. Sería un hombre que sólo veía la superficie de las cosas y era indigno de codearse con los eruditos. La Ley de Say es el ejemplo más elocuente de la estabilidad de las ideas económicas, incluso cuando éstas son equivocadas." Keynes se atrevió a decir que podía darse el caso de que la demanda fuera insuficiente y que esto provocaría recesiones en la economía. En su libro, Keynes no duda en criticar a los economistas más prestigiados de su época mencionándolos directamente.
Gregory Mankiw, uno de los mejores macroeconomistas contemporáneos, sostiene opiniones similares a las de Galbraith con respecto al libro de Keynes en un artículo titulado El Macroeconomista como Científico e Ingeniero en el que describe la evolución de la macroeconomía En el artículo destaca las diferencias entre los macroeconomistas científicos que son aquéllos orientados hacia la teoría y el rigor matemático de los modelos y los macroeconomistas ingenieros que son los más preocupados por la aplicación práctica de los conocimientos y las soluciones a los problemas económicos de los países.
Mankiw, al hablar de la Gran Depresión afirma que "La Teoría General de John Maynard Keynes fue el punto de unión en las discusiones profesionales acerca de cómo entender estos acontecimientos".
Más adelante, Mankiw menciona que "Cuando un economista moderno lee la Teoría General, la experiencia es tanto estimulante como frustrante. Por un lado, el libro es el trabajo de una gran mente aplicado a un problema social cuya actualidad e importancia no puede ser cuestionada. Por otro lado, a pesar de que el libro es extensivo en su análisis, de alguna forma parece incompleto desde el punto de vista lógico. Demasiados puntos quedan incompletos. El lector se queda preguntandose, ¿cuál, precisamente, es el modelo económico que mantiene unidas todas las piezas?
Mankiw también afirma que "En términos de ciencia, la Teoría General fue un éxito notable. La revolución que inspiró atrajo varias de las mejores mentes jóvenes de su su época. Sus resultados prodigiosos ofrecieron una nueva forma de entender las fluctuaciones económicas de corto plazo. Refleccionando acerca de estos acontecimientos, Samuelson ofrece un pequeño resumen: 'La revolución Keynesiana fue el evento más significativo en la ciencia económica del siglo 20'. Su forma de pensar la comparten varios economistas de su generación".
Al inicio de su artículo, Mankiw menciona que los economistas acostumbran presentarse como científicos y añade que "Nuestros colegas en el departamento de física al otro lado del campus pueden encontrar simpático que los veamos como primos cercanos". Es cierto, he escuchado varias veces a economistas comparar los modelos económicos con modelos físicos pero por primera vez he leído lo contrario y de parte de un físico muy sobresaliente: Stephen Hawking. Con una cita de su ensayo titulado el Origen del Universo en la que compara la teoría del Big Bang con sucesos económicos se cierra esta entrada del blog: "En tiempo real, el universo comenzaría su expansuón con un radio muy pequeño. Al principio la expansión sería la que se denomina inflacionaria, es decir, el universo doblaría de tamaño cada pequña fracción de segundo, del mismo modo que en ciertos países doblan los precios cada año".
Más adelante, añade que "La inflación fue también beneficiosa en cuanto que creó todos los elementos del universo casi literalmente de la nada...¿De dónde vinieron todas esas partículas?...La respuesta es que constituía un préstamo de la energía gravitatoria del universo. Éste tiene una enormedeuda de energía gravitatoria negativa que equilibra exactamente la energía positiva de la materia. Durante el periodo inflacionario el universo recibió un considerable préstamo de su energía gravitatoria para financiar la creación de más materia. El resultado constituyó un triunfo de la economía keynesiana: un vigoroso universo en expansión, rebosante de objetos materiales. Hasta el final del universo no habrá que pagar la deuda de energía gravitatoria".
La gran diferencia entre economistas y físicos es que los primeros se comparan con los segundos para que sus modelos parezcan más rigurosos del punto de vista científico mientras que Hawking hace uso de la metáfora económica para hacer accesible al lector un concepto muy complicado.
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