31 octubre, 2005

China y sus altas tasas de crecimiento económico.

China ha logrado mantener un muy elevado crecimiento económico por muchos años lo que ha provocado que el tema sea mencionado con frecuencia en los medios de comunicación. Me parece que hay mucha gente interesada en saber cómo se puede lograr crecer tan rápidamente, para aportar algo al respecto esta nota pretende responder a la pregunta de porqué China puede crecer tanto.

China puede crecer mucho porque es un país muy pobre, su PIB per capita fue de 1,230 dólares en 2004 (más cifras
aquí y aquí). Seguramente la mayoría de los lectores no esperaba esta respuesta, espero convencerlos ofreciendo tres razones por las cuales un país pobre puede crecer mucho más que uno desarrollado si encuentra la forma de impulsar el proceso de crecimiento.

Una razón es que los países pobres tienen una gran cantidad de recursos, como tierra o trabajo, que no están siendo usados. En un país como China se puede disponer de trabajadores con facilidad, cada año se pueden integrar al proceso productivo millones de chinos incrementando mucho la producción a un bajo costo. En una economía desarrollada con bajos niveles de desempleo no se puede hacer lo mismo sin presionar hacia arriba el precio del factor, en este ejemplo sería el salario, lo que incrementa los costos y provoca que menos proyectos sean rentables en los países más ricos.

Una segunda razón es que en los países con bajos niveles de desarrollo un alto porcentaje de la población está empleada en actividades muy poco productivas. La producción del país crece vigorosamente cuando estas personas son contratadas en sectores más productivos. Se puede pensar en un ejemplo: si se instala una fábrica de muebles que contrate a varios carpinteros chinos que trabajaban por separado y se les organiza de forma que se dividan el trabajo, además de dotarlos de máquinas para trabajar la madera pueden lograr una producción mucho mayor de la que alcanzaban anteriormente. En países desarrollados los trabajadores ya son muy productivos y es difícil hacerlos aún mas productivos.

Por último, los países pobres pueden crecer más porque existe en ellos una alta demanda insatisfecha. Los hogares en países desarrollados ya cuentan con toda clase de bienes y servicios y los mercados en esos lugares son maduros y muy competidos, mientras que en países como China es más fácil emprender negocios rentables ofreciendo bienes y servicios a los hogares que están logrando incrementar sus ingresos y que no tienen casi nada.

Supongo que la moraleja para México y otros países latinoamericanos es que pueden (deben) crecer más que países desarrollados como Estados Unidos y Canadá pero para lograrlo deben esforzarse más por integrar al proceso productivo a sus poblaciones pobres que se encuentran desempleadas o que se dedican a actividades muy poco productivas.

25 octubre, 2005

Revisión de expectativas

Hace unos pocos días, comenté aquí que las expectativas de los expertos en economía encuestados por Banco de México eran demasiado optimistas al esperar un crecimiento de 3.08 por ciento para el tercer trimestre, 3.38 para el cuarto y 3.0 para todo el 2005. Mi escepticismo emanaba del hecho de que estos crecimientos anuales implicaban crecimientos ajustados por estacionalidad demasiado grandes.

Los datos que se tienen del IGAE hasta ahora parecen indicar que tenían razón los analistas que contestaron la encuesta del banco central. El crecimiento del IGAE en julio fue de 2.0 por ciento anual lo que implica un crecimiento trimestral altísimo del 2.0 por ciento ¡Este crecimiento anualizado es igual a 27 por ciento! En agosto, la variación anual es de 4.5 por ciento que ajustada por estacionalidad es equivalente al 0.8 por ciento y anualizado es 9.5 por ciento, también muy alto.

Todavía no sé que factores pudieron haber impulsado de esa forma el crecimiento de una forma tan repentina. El promedio de crecimiento de estos dos meses con respecto a los mismos meses del año pasado es 3.2 por ciento. No parece tan difícil que se dé el crecimiento de 3.1 esperado por los analistas del sector privado.

Al ver esto estuve por un lado, al borde de la depresión y, por el otro, tentado a pedir de rodillas trabajo en alguno de los grupos de consultoría encuestados por Banco de México para conocer sus modelos que pueden prever tan bien lo que depara el destino. Sin embargo, después de analizarlo con más tranquilidad pude ver que los analistas no son tan buenos como me pareció al principio.
La encuesta correspondiente a agosto contiene pronósticos de 3.37 y 3.47 por ciento en promedio para los trimestres tres y cuatro respectivamente. El mes siguiente, la encuesta se levantó entre el 26 de septiembre y el 3 de octubre y, como el IGAE de julio se publicó el 26 de septiembre, los analistas ya sabían del crecimiento tan alto en términos ajustados por estacionalidad del IGAE de julio; sin embargo, a pesar de la noticia positiva redujeron sus pronósticos para el tercer y cuarto trimestres a 3.08 y 3.38 por ciento, respectivamente.
A mi parecer, lo más difícil de prever era que el crecimiento de julio pudiera ser tan alto como 27 por ciento al anualizar el crecimiento trimestral. Eso es lo que me hubiera impresionado de los analistas, pero parece que no lo previeron e, inclusive, cuando se enteraron del dato, no notaron lo alto que era porque bajaron sus expectativas de crecimiento a pesar de las buenas noticias.
Creo que el lector está en todo su derecho de pensar que lo que pasa es que estoy ardido porque los datos van mostrando que mis expectativas estaban totalmente perdidas. Yo tampoco descartaría esa posibilidad. ¡Sufro!

24 octubre, 2005

Globalización, Desarrollo y Equidad


Bismarck J. Arevilca Vásquez[1]



Actualmente estamos viviendo un proceso de crecientes cambios ya sea este a nivel económico, social y/o cultural. La globalización brinda oportunidades para el desarrollo pero también desafíos para las economías latinoamericanas caracterizadas por tener una heterogeneidad productiva con una desigualdad en la distribución del ingreso. La globalización podríamos afirmar se hace con políticas nacionales pro-activas, más aún en economías tan heterogéneas como la nuestra, pues es incompleta, parcial, y desbalanceada. (Ffrench-Davis, 2002). De allí que un objetivo de este artículo es resaltar la experiencia internacional de inserción en la globalización de países de industrialización tardía exitosos. (Amsden, 1989).
La globalización no es un fenómeno reciente, este dataría ya desde hace cinco siglos. (Ferrer, 1996). CEPAL (2002), caracteriza este proceso por tres fases. La primera abarcaría de 1870 a 1913, que se caracteriza por una gran movilidad de los capitales y de la mano de obra, junto con un auge comercial basado en la reducción de los costos de transporte, más que por el libre comercio[2]. La segunda fase comprende de 1945 a 1973, y que se caracterizó por el esfuerzo de desarrollar instituciones internacionales de cooperación financiera y comercial, y por la notable expansión del comercio de manufacturas entre países desarrollados, la existencia de diferentes modelos de organización económica y una limitada movilidad de capitales y de mano de obra. La tercera fase comenzaría a partir del ultimo cuarto del siglo XX, caracterizada por una generalización hacia el libre comercio, mayor presencia de empresas transnacionales, expansión y creciente movilidad de capitales aunque persiste las restricciones al movimiento de mano de obra.

Se han señalado muchos factores positivos
[3] para que las economías latinoamericanas desregulen sus economías para insertarse en un mundo “globalizado”. Pero, ¿Cuál ha sido la esencia del proceso de liberalización económica adoptado por nuestros países? y ¿Cuáles son los resultados?.
Después de la crisis de la deuda se implementaron un conjunto de reformas económicas en América Latina, en lo que se vino a denominarse el “Consenso de Washington” (CW), estas al parecer no ha rendido los frutos esperados como esperaban sus progenitores. Tal como señala el “Estudio Económico de América Latina y el Caribe, 2003-2004 “ (especialmente el capítulo V) de la CEPAL, el promedio del crecimiento del PIB per cápita para doce economías latinoamericanas en el período 1960-2002 fue de 1.6%, es decir, inferior al 2% de los Estados Unidos en el siglo XX o el 1.7% correspondiente al mundo, en el mismo siglo. Como vemos el crecimiento económico después de 1980 se ha caracterizado por ser altamente volátil y lento. En el caso de Bolivia, para el periodo 1960-1980 el promedio de crecimiento del PIB per cápita (2.3%) es abismalmente superior comparado con 1981-2002 (-0.3%).

Este desempeño tan magro explicaría el alto desempleo y el incremento masivo del sector “informal”. Salarios estancados en el mejor de los casos, y un incremento de la pobreza y desigualdad serían algunos de los resultados nefastos del modelo actual. (Ffrench-Davis, 2003). Al parecer las reformas del CW aumentaron la vulnerabilidad externa de las economías latinoamericanas. (Ffrench-Davis y Ocampo, 2001; Stiglitz, 2003; CEPAL, 2001). Una de las explicaciones sería debido a la apertura irrestricta de la cuenta de capitales lo que ha llevado a “desalineamientos” e inestabilidades de algunas principales variables macroeconómicas (tipo de cambio, tasas de interés entre otras).

Según Stiglitz (2003), existirían tres fallas críticas de las reformas: a) las reformas aumentaron la exposición de las países al riesgo, b) las reformas macroeconómicas no eran equilibradas, por el excesivo papel asignado a la inflación y no así al desempleo y la equidad. c) no se propicio un equilibrio adecuado entre el Estado y el mercado.

Sin embargo, tal como no los demuestran las economías asiáticas no existe una receta única para el desarrollo económico de los países. El pragmatismo adoptado por estos países nos muestran como se puede hacer políticas en pos del crecimiento sostenido con equidad. Amsden (2004), nos señala que mientras en América Latina se sigue implementando política amigables al mercado (market-friendly approach), en Asia se esta “reinventando” la sustitución de importaciones para las industrias de alta tecnología. Es interesante ver la política del gobierno taiwanés, el cual jugo un papel protagónico en el fortalecimiento de las actividades de ciencia y tecnología. La sustitución de importaciones de productos con alto valor agregado como el CD-ROM, las pantallas de cristal líquido y el diseño de circuitos integrados. En el caso del CD-ROM dicho proyecto involucró a 25 empresas en un proceso integrado de desarrollo y transferencias de tecnología. Se derivaron cuatro patentes para los equipos de CD-ROM y 24 para las cabezas lectoras. El despegue fue sorprendentemente rápido.

Podemos concluir entonces, que se tiene que buscar para una globalización más equilibrada e incluyente; para ello es fundamental construir una institucionalidad internacional más sólida y equilibrada. Otro punto importante es tener una visión amplia de la estabilidad macroeconómica y del papel que desempeñan las políticas anticíclicas (CEPAL, 2002).


Referencias

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[1] Economista e investigador del PROCIENTEC, El Colegio de México, A.C., y Universidad de Siena, Italia; E-mail: bismarck@colmex.mx . Este es un breve resumen de una ponencia que presente en el CIDE, las referencias se citan en su totalidad, cualquier comentario es bienvenido.

[2] Esta fase se ve interrumpida por la primera guerra mundial y después por la depresión de 1929.


[3] Una de ellas es la profundización financiera para el desarrollo económico enfatizada por teóricos como Mckinnon (1973) y Shaw (1973). Ambos propiciaron los peligros de la “represión financiera” y pronunciándose por la máxima liberalización financiera.

21 octubre, 2005

Banco de México y el crecimiento económico.

Clasif. B
En el año 2000 se inició una recesión económica en México, el crecimiento del PIB ajustado por estacionalidad fue bajo o negativo desde el último trimestre de 2000 hasta el primero de 2003 con la excepción del segundo trimestre de 2002. Tanto la caída en la actividad productiva como su recuperación siguieron el movimiento del ciclo económico en Estados Unidos sin que las autoridades mexicanas pusieran en marcha algún tipo de política contracíclica.

Los encargados de la política económica han mencionado la importancia de la aprobación de las reformas estructurales para lograr un mayor crecimiento económico en el país; es cierto, pero aun en el caso de que se hubieran implementado dichas reformas el país no hubiera logrado salir antes de la recesión porque su efecto no es inmediato. De hecho, se podía esperar que la reforma fiscal, al incrementar los impuestos, empeorara la situación en el corto plazo.

Bajo el régimen de tipo de cambio flexible que presenta México en la actualidad se puede fomentar el crecimiento económico, principalmente, mediante acciones de política fiscal o política monetaria expansivas. Ninguna de estas opciones pudo ser usada al inicio del nuevo milenio en el país.

Por un lado, una política fiscal expansiva requiere de disminuciones impositivas o aumentos en el gasto gubernamental pero las finanzas públicas del país son deficitarias y un incremento en el déficit público provocaría inestabilidad y podría causar fuertes problemas como lo demuestra la historia reciente de crisis en México.

Por otro lado, una política monetaria expansiva promueve el crecimiento pero puede incrementar la inflación. Normalmente, en periodos de recesión los bancos centrales pueden seguir políticas que fomenten el crecimiento porque la débil demanda agregada contiene a la inflación. La razón por la cual no se pudo hacer esto en México en la última recesión es que se atravesaba por un proceso de combate a la inflación que pretende llevarla del 52 por ciento que registró en 1995 a una meta del 3 por ciento. Cualquier intento por salir de la recesión por medio de acciones monetarias hubiera podido interrumpir el proceso desinflacionario.

Lo preocupante es que cuando se vuelva a presentar una recesión, muy probablemente tampoco se podrán aplicar políticas económicas que contrarresten el ciclo económico. Se necesitaría de una reforma fiscal exitosa para que se pudiera usar al gasto público o a los impuestos para impulsar a la demanda agregada. Tampoco se puede esperar mucho de la política monetaria a pesar de que la inflación pudiera estar controlada porque el Banco de México tiene como único objetivo la estabilidad de precios.

Si el Banco de México decide ayudar a promover el crecimiento económico se enfrenta al riesgo de que la inflación aumente lo que lo llevaría a no cumplir con su única meta, el resultado sería muy negativo para el banco central. De esta forma, el hecho de que la institución encargada de la política monetaria sólo tenga interés en la inflación puede llevar al país a vivir recesiones muy prolongadas. Es necesario contemplar la posibilidad de que Banco de México tenga dos objetivos: el mantenimiento del poder adquisitivo de la moneda y el crecimiento económico.

La Reserva Federal en Estados Unidos se preocupa tanto por la inflación como por el crecimiento y, la experiencia reciente en ese país ha mostrado que es posible ser exitoso en la consecución de ambos objetivos.

Es el momento de que en México se empiece a debatir la posibilidad de cambiar el marco legal que afecta al banco central para encomendarle el objetivo adicional del crecimiento económico, de otra forma no se tendrán armas para hacer más corta y menos profunda la próxima recesión.

La Tesis Prebisch-Singer: Ayer y hoy

Bismarck J. Arevilca Vásquez[1]

La aportación que ha hecho (y sigue desarrollando) la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) nos ha ayudado a entender mejor el desenvolvimiento de las economías periféricas latinoamericanas. Actualmente algunas ideas siguen vigentes, tal es el objetivo del presente artículo. En la primera parte de analizara el papel que ha jugado dicha institución en las políticas públicas de los países a lo largo de los años. Después desarrollaremos el concepto centro – periferia para luego abordar la tesis prebisch-singer; concluyendo con algunas recomendaciones de política.

No se puede concebir las ideas cepalinas sin antes referirse a uno de sus progenitores: Raul Prebisch. Si bien se educo en la concepción económica dominante: la neoclásica al igual que Keynes, este tuvo un desmarque ya que esta teoría fue incapaz de explicar la primera gran crisis del capitalismo (depresión 1929). El ingreso a CEPAL marcaría un hito en su formación y concepción del desarrollo. Desde un inicio señalaba el papel preponderante que tenía el progreso técnico.

“La penetración y propagación del progreso técnico en los países de la periferia era más lento que lo requerido para la absorción de toda la fuerza de trabajo” (Prebisch, 1983).

De allí que la industrialización – con una política de protección moderada y selectiva tal como el lo concebía- fue la principal medida de política desarrollista. Un punto que a veces no se menciona con frecuencia en su pensamiento es el de una política selectiva a la entrada de empresas transnacionales. Si bien reconocía su importancia en la difusión del progreso técnico, se mostraba escéptico ya que podría tener efectos contraproducentes (ya sea sobre la balanza de pagos o en las formas de consumo que inducieran) .

Podemos resumir en cinco etapas los principales principios “normativos” por lo que transito CEPAL: a) orígenes y años cincuenta: industrialización; b) años setenta: “reformas para desobstruir la industrialización” ; c) años setenta: reorientación de los “estilos” de desarrollo hacia la homeneización social y hacia la diversificación pro exportadora; d) años ochenta: superación del problema del endeudamiento externo mediante el “ajuste con crecimiento” y e) años noventa: transformación productiva con equidad . Si bien no es el objetivo del artículo profundizar en estas etapas sino la de resaltar que el pensamiento cepalino ha ido evolucionando a lo largo de los años. (Véase para un análisis más detallado Bielschowsky, 1998).

Una aportación esencial fue la concepción centro-periferia , ya que esta implícito la idea de desarrollo desigual. Por un lado, se destaca el carácter especializado y heterogéneo de las estructuras productivas periféricas, en comparación a los centros caracterizados por ser diversificadas y homogénea. Esto generaría una creciente brecha de la productividad y por ende en el ingreso. Conceptualmente el deterioro de los términos de intercambio implica que el poder de compra de los bienes industriales de una unidad de bienes primarios de exportación se reduce con el tiempo. En síntesis el deterioro implica que los frutos del progreso técnico se concentran en los centros industriales. (Rodríguez, 1983).

Pero que tan vigente esta la Tesis Prebisch-Singer? . En una reciente publicación UNCTAD (2004), Development and Globalization: Facts and figures. Sobre todo el capítulo Production and international trade of commodities nos muestran que “Today the Prebisch-Singer thesis about the deterioration of terms of trade and the long-term decline of commodity prices is more valid than ever”.

En 2002 señala el informe el índice de precios de los productos agrícolas deflactado por el índice de precios de las exportaciones manufactureras en dólares era la mitad del índice en 1980. Para las bebidas tropicales y comidas, la declinación fue mas acentuada decreciendo dicho índice en 63% y 56% respectivamente entre 1980 y 2002. Esto indudablemente tuvo consecuencias e influyo en la sostenibilidad de la balanza de pagos, provocando problemas de financiamiento y desarrollo; afectando por ello el bienestar social e incrementando la degradación medio ambiental.

En otro estudio reciente Ocampo y Parra (2003), analizan esta relación pero para un período mas extenso 1900 –2000. Para ello analizan la estructura autorregresiva de las series estadísticas. El análisis empírico que consta de los precios de veinticuatro productos básicos, siete índices construidos por Grilli y Yang (1988) y que fueron actualizados hasta el año 2000; siguen la misma metodología y encuentran que los precios relativos de las materias primas se deterioraron en forma notoria a lo largo del siglo XX.

En conclusión podemos afirmar que la Tesis Prebisch-Singer sigue vigente y nos trae consigo muchos implicaciones de política económica. Entre la que destacamos que pese al esfuerzo de varios gobiernos latinoamericanos de impulsar la promoción y diversificación de las exportaciones estas siguen concentrándose en materias primas. Seria bueno releer y tomar en cuenta lo que ya en 1967, recomendaba Nicholas Kaldor en su famoso libro Strategic Factor in Economic Development; la existencia de una fuerte relación de causalidad entre el crecimiento del producto manufacturero y el crecimiento del PIB.

Referencias

Bielschowsky R. (1998), La evolución de las ideas de la CEPAL. Revista de la CEPAL Número Extraordinario, Chile.

Ocampo J.A. y M.A. Parra (2003), Los términos de intercambio de los productos básicos en el siglo XX. Revista de la CEPAL N° 79, Chile.

Prebisch R. (1983), Cinco etapas de mi pensamiento sobre el desarrollo . Trimestre Económico, Vol. L(2), Abril-Junio, Número Especial, México.

Rodríguez O. (1983), La teoría del subdesarrollo de la CEPAL, Siglo XXI editores, México.

UNCTAD (2004), Development and Globalization: Facts and figures. (www.unctad.org)

[1] Economista e Investigador del PROCIENTEC, El Colegio de México, A.C y Universidad de Siena, Italia: arevilca@unisi.it

20 octubre, 2005

Expectativas de crecimiento del PIB mexicano para 2005.

Clasif. B
Según la Encuesta Sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado de Banco de México correspondiente a septiembre de 2005, los analistas esperan, en promedio, que el PIB crezca a una tasa anual de 3.08 por ciento en el tercer trimestre y un 3.38 por ciento en el cuarto trimestre del 2005.

Lo anterior implica un crecimiento de 3 por ciento para todo el 2005. Se le recuerda al lector que el crecimiento del primero y segundo trimestres del año fue de 2.44 y 3.11 por ciento, respectivamente.

Los pronósticos de los analistas del sector privado parecen sensatos porque el crecimiento que esperan para lo que queda del año no es muy diferente al observado en el segundo trimestre, pero sus expectativas son demasiado optimistas y en el resto de este escrito se intentará explicar por qué.

El crecimiento de 3.1 por ciento del segundo trimestre parece ser bueno pero es peor de lo que aparenta debido al efecto de la semana santa. Este año las vacaciones semana santa fueron en el primer trimestre mientras que el año pasado se presentaron en el segundo trimestre. El segundo trimestre de 2005 tuvo más días laborales que el mismo periodo de 2004 en el cual se tuvieron vacaciones. Al comparar la producción de ambos trimestres, el 2005 se ve favorecido con más días de trabajo. Sucede lo contrario con el primer trimestre de ambos años por lo que el crecimiento de 3.1 por ciento del segundo trimestre de 2005 es peor noticia que el 2.4 por ciento del primero.

Lo anterior se confirma al revisar las cifras ajustadas por estacionalidad que corrigen tanto los patrones estacionales de la serie como las diferencias en días de trabajo entre periodos. Las series ajustadas por estacionalidad permiten comparar la producción de un trimestre con la del trimestre inmediato anterior en lugar de hacer la comparación con el mismo trimestre del año anterior como se hace usualmente en México.

El primero y segundo trimestres del año crecieron, usando las cifras ajustadas por estacionalidad, 0.18 y -0.42 por ciento, respectivamente. Si los cuatro trimestres del año crecieran a la misma tasa que la del primer trimestre se registraría una tasa de crecimiento de 0.7 por ciento para todo el año, ésta es la cifra anualizada y es como se presentan los datos de crecimiento económico en Estados Unidos. La tasa anualizada del segundo trimestre representa una caída de 1.7 por ciento.

Creo que el lector ya estará viendo claramente que el crecimiento económico de la primera mitad del año fue muy malo. Sin embargo lo que esperan los analistas del sector privado para la segunda mitad es un crecimiento muy alto.

Las tasas de crecimiento anual que se esperan según la encuesta de Banco de México implican crecimientos trimestrales ajustados por estacionalidad de alrededor de 2 y 1.5 por ciento para los trimestres tercero y cuarto, respectivamente. Las tasas anuales implícitas son de 8.2 y 6.1 por ciento ¿Qué nos puede llevar a crecer a estas espectaculares tasas después de lo malo que ha sido el primer semestre de 2005?

Creo que es muy difícil que se alcancen esas tasas de crecimiento, en algunas entradas anteriores he mencionado que las señales que tenemos son negativas (Ver aquí y aquí).

Aun cuando se creciera en términos ajustados por estacionalidad a una tasa razonable de 0.75 por ciento (3 por ciento anualizado) en los siguientes dos trimestres, el crecimiento anual sería de alrededor de 1.8 y 1.4 por ciento para los trimestres tres y cuatro respectivamente y un crecimiento para todo el año de 2.2 por ciento, muy por debajo del 3.1 y 3.4 por ciento para los últimos dos trimestres y 3 por ciento para el año que contiene la encuesta de Banco de México.

De hecho, me permitiré ser muy pesimista y decir que el crecimiento ajustado podría ser menor. Yo no descartaría la posibilidad de un crecimiento trimestral de alrededor de 0.1 por ciento para los últimos dos trimestres lo que implica tasas anuales de 1.1 y 0.05 por ciento y un crecimiento para todo el año de tan sólo 1.7 por ciento.

Lo más probable será algo así como un crecimento de 2.2 por ciento para todo el año. Ya veremos.

19 octubre, 2005

Buena noticia: Nuevo colaborador.

Me da mucho gusto anunciar que este blog cuenta con un nuevo colaborador. Mi amigo Bismarck Arevilca también escribirá aquí.

Estoy seguro que Bismarck tendrá aportaciones interesantes que le darán un punto de vista original al blog. Recomiendo al lector que revise su perfil para que se de cuenta del currículo tan completo que tiene.

Bienvenido Bismarck.

14 octubre, 2005

Instituciones y desarrollo.

Clasif. B
El ensayo que reproduzco a continuación es un poco largo pero explica un punto que me parece muy importante y se refiere a la importancia de las instituciones en el desempeño económico de los países.
Desde la aparición de la Riqueza de las Naciones en 1776 hasta la fecha, la búsqueda de la política económica más adecuada para el desarrollo de un país se ha centrado en la polémica entre quienes defienden el libre mercado y los que apoyan la intervención gubernamental en la economía.

A pesar de que la discusión se ha prolongado por más de doscientos años, todavía no existe una respuesta satisfactoria a la disyuntiva entre mercado y planificación central porque tanto la evidencia teórica como la econométrica y la histórica no son concluyentes. Por ejemplo, en lo referente a la historia económica, hay países que se caracterizan por ser defensores del libre mercado y que han tenido muy buenos resultados económicos, el ejemplo más claro son los Estados Unidos de América; también hay países cuyos gobiernos participan de forma importante en la economía y que han logrado un alto grado de desarrollo económico como Japón.

En mi opinión, la controversia entre mercado libre y estado interventor no se ha podido resolver porque es un debate incompleto. Lo que falta por considerar es que tanto el estado como el mercado están limitados por un marco institucional que define las actividades permitidas y las más convenientes dentro de una sociedad.

Para desarrollar más claramente la idea se expone, a continuación, un esquema desarrollado por Williamson (2000) en el que se tienen cuatro niveles de análisis social. Los niveles, ordenados de forma decreciente de acuerdo con su nivel de rigidez, son1

1. Cultura y reglas informales
2. Reglas formales
3. La forma en que se hacen cumplir las reglas
4. Asignación de recursos.

El orden descendente de rigidez se refiere a que lo más difícil de cambiar es la cultura de un país, de hecho puede tomar cientos o miles de años; mientras que la asignación de recursos es la que más fácilmente se modifica, cambia de forma continua.

Más importante aún es que el orden en que se presentan los niveles de análisis representa que el nivel uno determina el conjunto de opciones que se tiene en el nivel dos, el nivel dos lo que está permitido en el tres y éste lo que se autoriza hacer en el cuatro. Es decir, los resultados en un nivel dependen de lo establecido en los niveles anteriores.

Las reglas formales en una sociedad no tendrán sentido ni funcionarán si contradicen a los preceptos culturales compartidos por los individuos que viven en ella; a su vez, la forma de los contratos, la manera en que se lleven a cabo las transacciones y la resolución de conflictos y disputas dependen de las reglas en que se basen; por último, la asignación de recursos dependerá de los contratos, la estructura de las transacciones y la resolución de conflictos, es decir, de la forma en que se hacen cumplir las reglas.

La argumentación anterior muestra que la discusión entre estado interventor y mercado libre no toma en cuenta algunos factores que son muy importantes para el desempeño económico de las naciones. La controversia se concentra exclusivamente en dos formas alternativas de asignación de recursos en la economía, pero no toma en cuenta que los resultados de la asignación dependen, también, de los tres niveles de análisis social anteriores.

En este punto es necesario incluir en el análisis una definición formal de instituciones. Siguiendo a North (1990) se definirá a las instituciones como las reglas tanto formales como informales que rigen a una economía, así como la manera en que se llevan a la práctica dichas reglas.

A la luz del argumento anterior pareciera difícil entender por qué no fue sino hasta después de 1980 cuando el análisis institucional tomó fuerza como parte del estudio de la economía. Las instituciones no se consideraban importantes porque el análisis económico neoclásico supone que una vez que los agentes usan la información contenida en el sistema de precios para formar sus planes de consumo y producción las transacciones se llevan a cabo sin ningún costo.

Sin embargo, en las economías actuales los costos de transacción son muy importantes2. Una causa de la existencia de costos de transacción es la dificultad para medir las características de los bienes: si es costoso para las personas conocer los atributos de los bienes que se intercambian es necesario contar, por un lado, con reglas que definan bajo qué condiciones se van a llevar a cabo los intercambios y, por otro lado, con mecanismos para resolver los conflictos derivados de transacciones que no dejen satisfecha a alguna de las partes. En otras palabras, los costos de transacción deben ser atenuados por instituciones que hagan posible el intercambio.

Las instituciones ayudan a mitigar los costos derivados de medir las características de las mercancías proveyendo un marco normativo que regule los bienes que se intercambian, obligando el cumplimiento de los contratos, resolviendo disputas, imponiendo castigos a quienes no cumplan los acuerdos o violen las reglas y estableciendo compensaciones a quienes resulten perjudicados.

Al delimitar cuáles son las actividades y habilidades que ofrecen mayores recompensas y cuáles actividades están restringidas, las instituciones en una sociedad establecen incentivos para que las personas desarrollen cierto tipo de habilidades y emprendan cierto tipo de actividades según su conveniencia en el marco institucional establecido.

Por ejemplo, si las instituciones en una sociedad no castigan debidamente la piratería y, por el contrario, consienten que esta actividad se convierta en un medio sencillo de obtener ganancias, muchos individuos en esta sociedad se dedicarán a la piratería.

Las instituciones prevalecientes en una sociedad son diseñadas por grupos de personas. Diferentes grupos de personas tendrán diferentes intereses y, por lo tanto, desearán establecer diferentes tipos de instituciones. Los grupos que tengan un mayor poder de negociación serán los que crearán o reformarán las instituciones para que promuevan sus propios intereses; de esta forma, las instituciones existentes en una sociedad no tienen por qué ser las que produzcan resultados más eficientes para la toda sociedad. El funcionamiento de las economías está estrechamente relacionado con la clase de incentivos que producen sus instituciones.

Hay ejemplos de países que funcionan bien (los desarrollados) o, cuando menos, mejor que otros (los subdesarrollados). Lo más lógico sería pensar que los países que tienen peor rendimiento copiarán las instituciones de aquéllos que han producido mejores resultados; sin embargo, esto no ha sucedido o no ha funcionado y es útil intentar explicar por qué.

Los individuos que han vivido bajo un marco institucional defectuoso han desarrollado habilidades y emprendido actividades que, a pesar de ser la mejor respuesta a instituciones deficientes, no son útiles dentro de un marco institucional más eficiente aunque éste sea mejor que el anterior para la sociedad; por lo tanto, estos individuos se opondrán al cambio.

Las personas se resistirán a copiar las instituciones de los países más avanzados porque lo que hacen y lo que mejor saben hacer es resultado de un marco institucional deficiente y puede resultar muy difícil que se adapten exitosamente a un conjunto de instituciones más eficiente.

Una economía que ha creado incentivos negativos ha desarrollado individuos que han respondido a esos incentivos y que no desearán que se cambien porque los perjudicará en lo particular aunque se tenga un resultado socialmente deseable; una sociedad que se dedica a la piratería se opondrá al combate a la piratería.

Como las personas se resisten al cambio es muy difícil imponer nuevas instituciones y aún cuando éstas cambien es posible que no funcionen correctamente porque las personas no las aceptan y buscarán formas de evitar sus consecuencias o las ignorarán de forma que se volverán inservibles.

El razonamiento anterior muestra que las instituciones sufren del fenómeno de “dependencia de la trayectoria”; es decir, si una economía ha desarrollado instituciones ineficientes será difícil que las cambie por otras más eficientes porque los individuos se habrán adaptado a esta situación y no consentirán fácilmente un cambio de régimen. También las instituciones eficientes tenderán a perpetuarse.

La conclusión primordial de este ensayo es que el desempeño a largo plazo de las economías está determinado de forma muy importante por las instituciones que prevalecen en ellas. Así, al buscar que una economía logre los más altos niveles de desarrollo posible es indispensable prestar atención al funcionamiento de sus instituciones.

Referencias bibliográficas.

North, Douglass C. (1981) Structure and Change in Economic History. W.W. Norton & Co., New York.

North, Douglass C. (1990) Institutions, Institutional change, and Economic Performance. Cambridge University Press, New York.

Williamson, Oliver E. (2000) “The New Institutional Economics: Taking Stock, Looking Ahead” Journal of Economic Literature. Vol. XXXVIII pp. 595-613.

1 Los nombres que se les dan a los niveles no corresponden a la exposición de Williamson porque se han adecuado a la definición de instituciones de North descrita más adelante.

2 En un trabajo titulado “Measuring the Transaction Sector in the American Economy, 1870-1970”, Wallis y North encontraron que el 45% del ingreso nacional en Estados Unidos en 1970 se usaba para poder llevar a cabo las transacciones.

04 octubre, 2005

¿Qué se puede esperar del PIB con base en un indicador adelantado del IGAE?

El IGAE es el Indicador Global de la Actividad Económica y es el equivalente a un PIB mensual para la economía mexicana. Alfonso Zerón que es un amigo mío y yo construimos un indicador adelantado del IGAE para intentar anticipar el comportamiento de este indicador. El objetivo es que este índice crezca o decrezca antes que el IGAE.

No quiero entrar mucho en detalles acerca del índice adelantado, aquél que esté interesado en saber más de este indicador puede consultar mi página personal.

El crecimiento del PIB en los dos primeros trimestres de 2005 ha sido menor que lo que esperaba la mayor parte de los analistas antes de que comenzara el año; sin embargo, el indicador adelantado del IGAE sin tendencia empezó a caer desde abril de 2004 pronosticando la desaceleración del PIB que se ha presentado en este año.

En la gráfica se muestran el índice adelantado (en negro) y el IGAE sin tendencia.



La mala noticia es que la caída al final de la gráfica del adelantado indica que se puede esperar que el crecimiento del PIB siga siendo bajo en lo que queda del año.

La buena noticia es que el último dato del adelantado presenta un crecimiento. Si este último dato resulta ser el inicio de una tendencia positiva en el indicador adelantado podemos esperar que no falte tanto para que el IGAE y, por lo tanto, el PIB recuperen un crecimiento fuerte. No obstante, aun cuando este fuera el caso, el PIB podría tardar varios meses en volver a crecer a tasas elevadas.

En conclusión, de acuerdo con lo que muestra el indicador adelantado del IGAE se puede esperar que el resto del año el crecimiento del PIB continúe siendo bajo, pero es posible que el crecimiento se recupere al empezar el siguiente año.